miércoles, 30 de diciembre de 2015

La Oficina del oncólogo

Para los oncólogos por ahí - médico y quirúrgico por igual.

Oncología.

Hay algo en la oficina de un oncólogo que es diferente a cualquier otro cargo que jamás sientas en.

Es más tranquilo.

Más grueso de tristeza.

La sala de espera es un buffet de diferentes niveles de enfermedad. Es una muestra de diversas etapas de la enfermedad. Algunos de nosotros más cerca de la muerte y algunos de nosotros más lejos.

Los oncólogos en sí son también una especie rara y hermosa de la humana. Le dan todo su corazón a sus pacientes, trabajando con ellos como un rompecabezas para ayudar a curar la enfermedad y descubrir lo que cóctel de medicamentos o qué trozo del bisturí mejor se beneficiará a la enfermedad dentro.

En mi experiencia, el oncólogo es paciente y comprensivo, estoica y fuerte. Están con nosotros a través de esta lucha.

Mirando de cerca, es posible verlos encogen de hombros con cansancio.
Sus trajes se pueden arrugadas de un día lleno de malas noticias y euforia.

Las subidas y bajadas que se enfrentan son como una montaña rusa que no tiene frenos.
Cada paso en salas de examen se convierte en un nuevo y presente peligro.

Hay risas. Hay lágrimas. Hay mandíbula angustia de goteo y bombas de puño de las sillas.
Y en el de entre su corazón lleva la tristeza y la alegría de todos nosotros.

Ellos tranquilamente raíz para nosotros como nuestros cuerpos se vuelven destrozados con veneno o puntadas y cicatrices. La celebración de la mano (aunque sólo sea metafóricamente) que nos deja saber que está funcionando.

O no.

Ellos son nuestros guardianes de tiempo y de nuestros líderes a través de las malas hierbas. Ellos saben que son el Ave María que hemos estado buscando desde la culminación de nuestra mala noticia.

No envidio el papel del oncólogo.
Es que yo no puedo imaginar la elección en la lista de especialidades.

Me gustaría pensar que podía manejar el paseo salvaje que es la batalla ganada duro, pero algo en mí que no sabe si la tristeza del terreno perdido me alcanzaría. No estoy seguro de que estoy hecho de otra pasta requerida. Yo sólo espero que mi corazón era lo suficientemente grande como para llenar un papel como este.

Lo que puedo imaginar, sin embargo, es que estos son los ángeles que caminan en la tierra. Guías haciendo su mejor esfuerzo para manejar una enfermedad de la que no podemos escapar.

Y es con esta guía estamos anclados en hacia una cura.

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